Una mañana Geronimo estaba en su cuarto pensando cosas para su nuevo libro, pero no se le ocurría nada. Mientras pensaba, su sobrino le llamó diciéndole que si se quería ir a la playa. Él aceptó. Cuando llegó, se sentó, cerró los ojos y se hundió en un mágico torbellino de estrellas.
Si queréis saber lo que pasó, leéroslo. Amí me ha gustado mucho
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